sábado, 16 de agosto de 2008

El Inicio del Padawan (El Verdadero Amor)

Mi nombre es Joao y hubo un momento en la vida en el que pensé torpemente que el amor no existía, que tan solo era una ilusión relacionada con el deseo de un hombre por una mujer y luego la costumbre de este, … y años atrás de mi inexperta vida me preguntaba que era el amor. Pues bien, cierto día me hallé frente a un grupo de amigos bebiendo y hablando en contra del matrimonio; yo dije argumentando que el romanticismo constituye la verdadera base de este sacramento y que es preferible dar por acabado todo compromiso si éste se acaba o resignarse a soportar la hueca monotonía del matrimonio. Curiosamente esta idea quedó grabada en mí, y cada vez que tenía la oportunidad, la sacaba a la luz en defensa a mi fracaso matrimonial. Una especie de monje a quien tuve la oportunidad de hallar en una playa al norte de Lima, cuya religión era su costumbre renunciar a todo contacto con la vida material y vivir en lugares alejados junto a la naturaleza y comprender el misterio de la fuerza, segun me explicó. Se sentó a escucharme y entender la ira que llevaba dentro, luego de oirme me dijo: Voy a contarte una historia, de un suceso de mi vida - luego se tomó un momento de silencio y comenzó el relato.
Mis padres vivieron 55 años de casados. Una mañana, cuando mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno sufrió un infarto y cayó. Mi padre la levantó como pudo, y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad sin respetar semáforos la condujo al hospital. Cuando llegó por desgracia ya había fallecido. Durante el sepelio, papá no habló; su mirada estaba perdida, casi no lloró. Esa noche, después de enterrar a mi madre, sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia, recordamos hermosas anécdotas; el levantó la mirada y le preguntó a mi hermano mayor - ¿Dónde crees que esté tu madre ahora? - Mi hermano hablo de la vida después de la muerte y a especular como y donde estaría ella. Mi padre escuchaba con atención. Cuando mi hermano concluyó de hablar, de pronto mi padre se levantó y pidió que lo lleváramos de regreso al cementerio.
- ¡Papá! - argüimos - son las 11 de la noche, ¡no podemos ir ahora! - Él alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo - No discutan conmigo, … por favor no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años.
Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más. Fuimos al cementerio y pedimos permiso al velador. Con una linterna llegamos a la tumba. Mi padre se inclinó ante ella, oró y nos dijo a sus hijos - Quien puede hablar del amor verdadero, si no tiene idea de lo que es compartir su vida con alguien - Hizo una pausa y se limpió las lágrimas que corrían por su rostro - Ella y yo estuvimos juntos en los primeros años de crisis. Cambié de empleo constantemente, hicimos los equipajes juntos cada vez que nos mudamos de un lugar a otro.; compartimos la alegría de ver a nuestros hijos crecer. Oramos juntos para agradecer a Dios lo poco que tuvimos. Lloramos la pérdida o la pena de una enfermedad en nuestras vidas. Nos abrasamos en navidad y el día de cada celebración. Perdonamos nuestros errores y ahora se ha ido, y sin embargo estoy muy contento, … ¿saben porque?, … Porque se fue antes que yo. Ella no va tener que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios por esto. La amo tanto que no soportaría la idea de que ella me sobreviva. Dicho esto su rostro se cubrió de lágrimas, pero esta vez se dibujaba una gran alegría en el, lo vimos y comprendimos el gran amor que maduró en ellos con el tiempo, no pudimos contener las lágrimas, lo abrazamos fuertemente, y el nos consoló - Todo esta bien, podemos irnos a casa; hoy a sido un buen día.
Luego el monje calló; sin decirme nada más se levantó, luego me miró y me dijo.
- Si hallas un amor así, jamás lo dejes ir…
Luego caminó hacia la playa y lo vi perderse entre la gente que disfrutaba de aquel día de sol. Cuando se fue su historia quedo profundamente impresa en mi corazón, entonces comprendí que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, del erotismo, o del sexo; se vincula mas bien con el trabajo, el cuidado y sobre todo con el compromiso que se profesan dos personas en nombre del amor. Cuando alguien habla del amor o el matrimonio, viene su frase a mi mente: “si hallas un amor así, jamás lo dejes ir…”
Unos meses después decidí seguir su camino, a comprender los misterios de la Fuerza.

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